Muerte y duelo

La muerte es la pérdida total de las funciones vitales. La muerte, es el acontecimiento universal por excelencia que, en cierta forma, le confiere intensidad y valor a la vida

 Actualmente, ante las enfermedades biológicas y sociales por el abuso de drogas, crimen y violencia, la muerte se clasifica en natural y médico legal, y pueden presentarse en forma lenta o súbita; en ambas existe la interrupción de la función cardio respiratoria y cerebral, conforme a las causas que la determinan, pueden tener consecuencia de tipo civil, legal o económica tanto en el cadáver y familiares para la sociedad.

MUERTE Y DUELO 

Los niveles de muerte son:

Clínica, funcional o corporal se inicia con el cese de las funciones respiratoria, circulatoria y degeneración irreversible de la masa cerebral, provocando ausencia de reflejos y vida de relación.

Biológica o encefálica, con el cese de la actividad celular e inicio de la putrefacción por ausencia de excitabilidad eléctrica en musculo y funciones orgánicas.

En este nivel, los signos de muerte son inactividad bioeléctrica encefálica (irreflexiva pupilar, ausencia de movimientos oculares a pruebas vestibulares y ausencia de la respuesta a estímulos nocioceptivos), ausencia permanente de la respiración y paro cardíaco reversible (interrupción repentina de la actividad cardiaca, pérdida de conciencia y ausencia de pulsos carotideos).

Ambos niveles de la muerte se deben corroborar mediante angiografía encefálica bilateral y electroencefalograma.

Alrededor de los 5 minutos después de cesar toda manifestación de vida del organismo, se genera una desorganización de la materia viva por desequilibrio biofísicoquímico irreversible y se presenta modificaciones conforme pasa el tiempo. Tales son:

Rigor mortis: en donde el cuerpo se torna consistente debido a un cambio del PH y ausencia de ácido adeniltrifosfórico.

Lividez cadavérica: o colocación cianótica por acción de la gravedad en la que la sangre desciende a planos inferiores respecto a la posición del cadáver.

modificaciones conforme pasa el tiempo DE LA MUERTE

Algor mortis. O enfriamiento del cuerpo debido a la absorción de calor, existencia de infecciones o presencia de drogas.

Descomposición: por acción de enzimas y bacterias que influyen en la degradación química a nivel de células y órganos.

Duelo

El duelo (del latín dolium, dolor, aflicción)1 es la reacción natural ante la pérdida de una persona, objeto o evento significativo; o también, la reacción emocional y de comportamiento en forma de sufrimiento y aflicción cuando  un vínculo afectivo se rompe.

Incluye componentes psicológicos, físicos y sociales, con una intensidad y duración proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida. En términos generales es un proceso normal, por lo que no se requieren situaciones especiales para su resolución

Duelo

LA DURACIÓN DEL DUELO

La duración y la forma de expresar un duelo normal, puede variar dependiendo de la cultura. Sin embargo, hablamos de un episodio depresivo mayor (duelo patológico), si se mantienen por más de 2 meses –a partir de la pérdida y síntomas tales como:

  • 1) sentimientos de culpa,
  • 2) pensamientos de muerte,
  • 3) preocupación mórbida con sentimiento de inutilidad,
  • 4) enlentecimiento psicomotor acusado,
  • 5)deterioro funcional acusado y prolongado,
  • 6) experiencias alucinatorias distintas de las de escuchar la voz o ver la imagen fugaz de la persona perdida. Aunque las fases del duelo son comunes, el duelo es un proceso individual, determinado por la historia y la personalidad de cada sujeto, en donde además influyen las características particulares en las que ocurrió la pérdida

5 ETAPAS DEL DUELO NORMAL.

1. Negación. Es la etapa de las preguntas: “¿es cierto?”, “¿es posible que haya podido suceder?”, “¿cómo ha podido pasar esto?”, “¿por qué? Se define por la sensación de in- credulidad: no creemos lo que está sucediendo o va a Nos negamos a aceptar lo que ocurre porque “es demasiado fuerte para ser cierto”. Nuestra psique se rebela ante este proceso.

Puede conllevar dosis de insensibilidad y de preguntarnos a nosotros mismos si somos capaces de seguir adelante con ello. Las noticias que nos rodean se tornan absurdas para nuestra forma de entender el mundo y los acontecimientos se suceden de forma opresiva.

A veces nuestros propios sentidos hacen que discriminemos y sólo seamos ca- paces de recibir lo que creemos que es soportable y cierto alejando los razonamientos que no están en concordancia con nuestra forma de pensar.

2. Ira. Este proceso, genuinamente emocional, se manifiesta de múltiples formas: contra los causantes del cambio, contra los seres cercanos (jefes, compañeros del departamento de origen de los cambios…), contra terceros no claramente definidos (la competencia, el gobierno, los funcionarios…), contra entes (Dios, los consultores, la tecnología…).

A veces surge, de forma espontánea, inmediatamente a la notificación del cambio pero otras aparece cuando ya llevábamos un tiempo funcionando con las nuevas condiciones de

Hay que entender que es un sentimiento básico y necesario. Cuando antes se sien- ta, antes se disipará. Lo cual no implica que aceptemos cualquier tipo de respuesta y mucho menos cuando ésta se da de forma violenta.

5 ETAPAS DEL DUELO NORMAL.

3. Negociación. A menudo la gente se confunde por reducir la negociación a una única etapa que ocupa un momento muy determinado de todo el proceso porque, de hecho, ¡Todo el proceso es negociación en un sentido u otro!

Antes de que suceda el cambio negociamos cualquier cosa: “Lo haremos mejor”, “Con- seguiremos los resultados y objetivos”, “Se- remos más eficientes”… Y una vez que se convierte en irremediable solemos negociar, sobre todo, el tiempo: “No es buen momento ahora”, “Cuando tengamos más consolidados otros cambios”, “Cuando hallamos aprendido bien el nuevo proceso”, “Cuando todo el mundo lo haga al mismo tiempo”…

Nunca es buen momento para iniciar el pro- ceso del cambio no deseado.

El sentimiento que más aparece es el de volver atrás una y otra vez: “Ojalá lo hubiéramos hecho mejor”, “Si pudiera repetirlo lo haría de otra manera”…

4. Depresión. Hasta ahora la mayor parte de los sentimientos que nos producen las fases anteriores se referían al pasado. Echá- bamos la vista atrás para comprobar qué fue lo que desencadenó el mecanismo que nos llevaría a cambiar nuestro status quo.

La de- presión, en cambio, hace referencia de una forma drástica al presente. Es una sensación actual de vacío, de tristeza cuando el cam- bio profundo se hace evidente y ves que no puedes negarte ni eludirlo. Te sientes mal y trasladas ese sentimiento de tristeza a tus relaciones, dentro y fuera del trabajo.

Las relaciones personales pueden verse muy perjudicadas en esta etapa y no es anormal que aumenten drásticamente tanto el absen- tismo real (dolores debidos a contracturas, gripes y resfriados por bajada de defensas…) como el ficticio…

Los mismos males pero sin síntomas reales o directamente baja por ése, tantas veces mal llamado, estrés.

5. Aceptación o rechazo. Así como las otras etapas pueden ser sucesivas o no, es obvio que esta sea la etapa final, la de re- solución. Aquí ya no existe otra alternati- O aceptamos el cambio con todas sus consecuencias o lo rechazamos (abierta o indirectamente).

Si escogemos la primera opción, la acepta- ción, eso no implica que no podamos pasar por las fases antes descritas… pero sin duda que lo haremos con mejor estado de ánimo, de forma más rápida y con menos secuelas o efectos secundarios.

Duelo crónico.

Respuesta intensa y prolongada de duelo, caracterizada por un estancamiento en la depresión y la resistencia a aceptar la pérdida como un hecho definitivo. Este tipo de duelo está asociado con personas que son extremadamente dependientes en sus relaciones

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Referencias:

  •  Morin E. El hombre y la muerte. Barcelona- España: Kairós; 1974. p. 330        
  • Galindo CG. La Bioética en la sociedad del conocimiento. Santa Fé de Bogotá-Colombia: 3R editores; 1999.     
  • Maturana RH. Transformación en la convivencia. Santiago-Chile: Dolmen S. A;1999. p. 89.       
  • Huerta AR. Apología de Sócrates. [acceso el 22 de Julio de 2007]. 

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