Dolor Cuidados de Enfermería
El dolor es uno de los síntomas más temidos de los enfermos. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor lo define como “una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión presente o potencial de los tejidos”. Es por lo tanto, una experiencia subjetiva: su vivencia depende de las características de la persona que lo experimenta; aspecto importante a tener en cuenta de cara al tratamiento.
Deberemos identificar componentes físicos y no físicos que componen el concepto de “dolor total” o sufrimiento, que engloba el estimulo físico con los factores psicológicos, sociales y espirituales de las personas afectadas, su contexto y su significado.
Para saber más de esto último te invitamos a leer nuestra entrada anterior Dolor donde te explicamos que es, sus tipos y generalidades seguro te sirve para comprender más este tema .
Actividades de enfermería
Valorar el dolor del paciente: ¿Dónde le duele? , ¿desde cuando? , ¿Cómo es el dolor
Los cuidados de enfermería en el tratamiento del dolor:
De manera didáctica, los cuidados de enfermería se pueden agrupar en torno a dos niveles fundamentales de participación en el manejo del dolor:
Nivel independiente, implica la valoración, planificación y administración de tratamientos de enfermería, fundamentalmente técnicas no invasivas de control del dolor y educación de hábitos para prevenir o disminuir el número de episodios.
Nivel interdependiente, junto al resto del equipo multidisciplinar, participando desde su área de formación y conocimientos en la valoración, administración de tratamientos (técnicas invasivas, fármacos, etc.) y seguimiento de la evolución del paciente y del grupo familiar
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Verificar con el enfermo:
– Localización.
– Intensidad.
– Calidad (opresivo, quemazón, punzada, como descargas
eléctricas, fijo y continuo)
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No juzgar el dolor que el paciente dice tener:
McCafferydefine el dolor de la siguiente forma:
Dolor es lo que el paciente dice que es y no lo que otros “piensan que debería ser
Dado que es una experiencia tan subjetiva, debemos creer al enfermo, evitando frases como:
- -“Aguanta muy poco”,
- -“Se queja demasiado”,
- -“Es imposible que le duela porque…”,
- – “Es que está muy nervioso”,
- -“La situación no es tan mala como usted piensa”,
- -“Espere, tengo algo más importante que hacer”,
- -“Que quiere si es como si le hubiese pasado un camión por encima”
Administrar el analgésico prescrito por el medico para controlar un determinado tipo de dolor ( son tratamientos individualizados):
– Lo más idóneo es anticiparse a la aparición del dolor, administrando analgésicos prescritos a horas fijas, “de reloj”, según la vida media del analgésico en cuestión. Nunca prescribir los calmantes a demanda.
– Evaluar y registrar la respuesta al tratamiento
– Evitar la desesperanza y nunca decir frases como: “lo que le puse debería haberle aliviado”, “no puedo hacer nada más para ayudarle”, “ya no le tocan más calmantes”
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Los analgésicos poseen efectos secundarios:
las enfermeras deben reconocer esos problemas si aparecen y reforzar la información que el medico hubiera ofrecido al paciente, siempre de forma clara y comprensible.
No usar placebos: “la única conclusión exacta respeto a la persona que reacciona positivamente ante un placebo es que desea muy intensamente el alivio del dolor y que confía en algo o alguien le ayude a obtenerlo”
(Goodwin y cols, 1979; McCaffery, 1979) visto así resulta poco ético y abre puertas de la desconfianza.
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Reducir estimulo doloroso siempre que se pueda:
– Evitar movimiento innecesario
– Hacer que el enfermo adopte las posiciones más adecuadas para evitar el dolor
Ayudar a colocarse cómodamente sin tensiones musculares
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Alterar la percepción del dolor
Intentar reducir los factores que disminuyen el umbral doloroso
- Ansiedad
- Insomnio
- Miedo
- Tristeza
- Cansancio
- Depresión
- Abandono social
- Introversión, etc.
Utilizar el entorno en la terapia. Proporcionar una atmósfera adecuada, prestando atención a los detalles: luz, temperatura, olores, música, colores, fotografías, postres, plantas… estas pequeñas cosas pueden hacer que el paciente enfoque su atención en sensaciones más agradables, obteniendo así un efecto positivo sobre la percepción dolorosa que experimenta.
Animarle a combatir el aburrimiento, utilizando los métodos de distracción que el paciente prefiera y que se puedan adaptar a sus posibilidades actúale: ver la televisión, leer, pintar, escuchar música, pasear, etc. Estos métodos nunca serán por sí solos una alternativa a la medicación.
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Adoptar medidas complementarias para tratar el dolor si se estima oportuno:
– Estimulación cutánea: el calor, el frío, el masaje, y la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea
– Técnicas cognitivas-conductuales: relajación, hipnosis, refuerzo positivo, musicoterapia, imaginación dirigida, retroalimentación biológica, etc.
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Establecer una comunicación adecuada con el paciente:
Demostrar un interés sincero por él y su dolor, escucharle activamente, adoptando una actitud empática, siendo consciente de que los pacientes responden a la conducta verbal y no verbal. Mantener siempre una actitud tranquila, sosegada, serena ofreciéndole una relación afectuosa, preocupada y comprensiva.
Con la familia: promover los potenciales de apoyo de la familia implicándoles el cuidado, reconociendo su labor y favoreciendo el acercamiento que, a veces, la hospitalización interrumpe.
Dar información: una familia que conoce lo que esta sucediendo y las medidas que se están adoptando es más eficaz en el apoyo al enfermo. Avisarles que identifiquen cualquier factor ajeno a la enfermedad que pueda contribuir al aumento del dolor y ante signos de depresión, ansiedad, irritabilidad, etc.
Para favorecer una actuación adecuada. Con el resto del equipo: toda la información que se da al paciente debe estar en concordancia con la que den los demás compañeros, estableciendo objetivos y planes de cuidados consensuados entre todos los miembros del equipo. Además el poder contar con un grupo interdisciplinario y el trabajar en equipo resolverán más eficazmente los problemas y dificultades que surjan.
- Monitorizar la respuesta del paciente a la analgesia y resto de medidas adoptadas.
- Evaluar, documentar y registrar la evolución del paciente y la consecución de resultados.
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Referencias:
- ENFERMERÍA MEDICOQUIRURGICA. Brunner y suddarth. Ed. 10. Vol. I
- SEMIOLOGÍA MÉDICA. Ricardo Cediel Argel. 5 ed.
- EBERHARD F, María Eliana y MORA D, Ximena. Manejo del dolor en el paciente pediátrico. Rev. Chil. Pediatric. [Online]. 2004, vol.75, n.3, pp. 277-279.
- TORTORA Gerald J. DERRICKSON Bryan. Principios de anatomía y fisiología. 11 ed. Bogotá – Colombia. Panamericana. 2006 ISBN. 968-7988- 77- 0.
- RODRIGUEZ Carranza Rodrigo, LÓPEZ Horacio, CAMPOS Alfonso. Guía de farmacología y terapéutica. Segunda edición. Me Graw Hill. Educación. México 2007
